Este año, SMIF rinde homenaje a una de las figuras mayores del cine asiático moderno y contemporáneo: el cineasta chino afincado en Hong Kong, Wong Kar- wai. Nacido en 1958 en Shanghai, comenzó su carrera como reconocido guionista de series y películas comerciales, curtiéndose en todos los géneros populares, del culebrón al thriller, el romance o la comedia, a lo largo de los años ochenta. Tras el éxito de su debut como director con el neonoir romántico El fluir de las lágrimas (Wong Gok ka moon, 1988), Wong comenzó a labrarse un estilo propio y definitorio, personal y bien diferenciado del resto de su generación.
Chungking Express (1994), con su mezcla de drama, comedia y romance con toques de film noir, su peculiar estructura narrativa y estética posmoderna, supuso el reconocimiento internacional y el giro definitivo en su filmografía. Considerado pronto como una de las voces autorales más importantes del panorama mundial, su sello, caracterizado por el uso de narrativas no lineales, atmosféricas historias románticas de regusto melancólico, con recursos y guiños a géneros como el thriller, el noir, el melodrama e incluso la ciencia ficción y las artes marciales, le convertiría en cineasta favorito tanto de la crítica como de un amplio sector del público.
Títulos como Happy Together (Chun gwong ja sit, 1997), Deseando amar (Fa yeung nin wah, 2000), 2046 (2004), su debut en lengua inglesa My Blueberry Nights (2007) o su personal biopic del mítico Ip Man, The Grandmaster (Yi dai zong shi, 2013), donde combina la influencia de la Nouvelle Vague y de nombres como Godard, Hitchcock, Antonioni o Melville, con un sentido estético sofisticado y al tiempo camp, de regusto homoerótico y elegante romanticismo, centrado en la creación de atmósferas, le han consagrado como uno de los grandes dentro y fuera de su país. Un cineasta fundamental para popularizar los nuevos cines orientales en Occidente.